Por Lucy Betancourt de Palacio
RESPETO
Respeto es el reconocimiento del valor inherente y de los derechos innatos de los individuos y de la sociedad. Estos deben ser reconocidos como el foco central para lograr que las personas se comprometan con un propósito más elevado en la vida. El respeto y el reconocimiento internacionales por los derechos intelectuales y las ideas originales deben observarse sin discriminación. La grandeza de la vida está presente en cada uno, por lo que todo ser humano tiene el derecho a la alegría de vivir con respeto y dignidad.
Obtenido de https://es.wikipedia.org/wiki/Respeto
Veamos una perspectiva más amplia:
El respeto comienza en la propia persona. El estado original del respeto está basado en el reconocimiento del propio ser como una entidad única, una fuerza vital interior, un ser espiritual, un alma. La conciencia elevada de saber “quién soy” surge desde un espacio auténtico de valor puro. Con esta perspectiva, hay fe en el propio ser así como entereza e integridad en el interior. Con la comprensión del propio ser se experimenta el verdadero autorrespeto.
Fuente de conflicto
El conflicto se inicia cuando falta el reconocimiento de la propia naturaleza original y la del otro. Como resultado, las influencias negativas externas dominan completamente el respeto. Estabilizarse en el estado elevado del propio ser asegura auténtico respeto por y de los demás debido a que se actúa con la conciencia de que todo ser humano tiene un valor innato, que es puro y virtuoso. Esta forma de pensar garantiza la victoria final, porque la interacción sobre esta base asegura que surja la bondad inherente del propio ser y de los demás.
La causa de todas las debilidades se origina en la ausencia de autorrespeto. La persona se llena de diferentes deseos o expectativas, exigiendo consideración o respeto de los demás. La persona, al hacerse dependiente de fuerzas externas en lugar de sus poderes internos, mide el respeto mediante los factores físicos y materiales, tales como la casta, el color, la raza, la religión, el sexo, la nacionalidad, el estatus y la popularidad.
Cuanto más se mide el respeto sobre la base de algo externo, mayor es el deseo de que los demás tengan un reconocimiento hacia mí. Cuanto mayor es ese deseo, más se es víctima del mismo y se pierde el respeto hacia uno mismo y hacia los demás. Si las personas renunciaran al deseo de recibir consideración de los demás y se estabilizaran en el estado elevado de autorrespeto, la consideración y el respeto los seguiría como una sombra.
El desafío es desarrollar el valor del respeto en el propio ser y darle una expresión práctica en la vida diaria. Aparecerán obstáculos para probar la solidez del respeto y, con frecuencia, se sentirán en los momentos de más vulnerabilidad. Es necesaria la confianza en uno mismo para tratar con las circunstancias con seguridad, de manera optimista, esperanzadora. En las situaciones en las que parece que todos los apoyos se han desvanecido, lo que permanece fiel es el nivel en que se ha podido confiar internamente en el propio ser.
1. ¿Qué es respetar?Respetar a alguien es tratarlo de acuerdo a su dignidad. Esta dignidad propia requiere de los demás un comportamiento adecuado, de modo que las faltas de respeto voluntarias son una injusticia, por incumplimiento de ese deber. En cambio, donde hay respeto reina un ambiente cordial y amable, propio de la caridad.
2. Ejemplos de falta de respeto en las relaciones sociales:
3. Otros ejemplos de falta de respeto:
4. ¿Qué faltas de respeto son más graves? La gravedad de una falta de respeto depende de lo que se realice y de la dignidad que se intenta dañar. Lo peor son los insultos y burlas dirigidos a Dios.
5. ¿Respetar equivale a desinteresarse? No, no. Un gran dogma del egoísmo es afirmar: "yo respeto a los demás; que los demás me respeten". Esto es un falso respeto pues normalmente equivale a decir "allá ellos con sus problemas". El trato adecuado a la dignidad de los demás es interesarse por ellos (sobre todo por su alma), pues además de respetar es preciso amar a todos, deseando activamente su bien.
6. ¿Se debe respetar a todos igual? Cualquier persona posee una dignidad por el hecho de ser persona. Y así todo hombre merece algún respeto, un trato adecuado a su dignidad humana. Este deber básico incluye respetar sus bienes, su vida, su fama, su intimidad,... Sin embargo:
7. ¿Corregir es una falta de respeto? El respeto no significa dejar a los demás que hagan lo que les venga en gana. Hay cosas que se deben prohibir, y asuntos que se deben corregir. Tanto el respeto como la corrección se apoyan en la caridad que a veces exige corregir. Corregir en exceso o en defecto no es falta de respeto sino de caridad. Se añade la falta de respeto si se corrige con malos modos.
8. ¿El respeto quita confianza y espontaneidad?:
9. ¿Exigir un respeto es propio del orgullo? Por orgullo alguien puede pensar que posee una dignidad superior a la que realmente le corresponde. En consecuencia, esta persona algo susceptible exigirá un trato y un respeto excesivos. En cambio, si la dignidad es verdadera, el respeto adecuado es propio de la justicia.
TOLERANCIA
El mundo sueña con la tolerancia desde que es mundo, quizá porque se trata de una conquista que brilla a la vez por su presencia y por su ausencia. Se ha dicho que la tolerancia es fácil de aplaudir, difícil de practicar, y muy difícil de explicar. Aparece como una noción escurridiza que, ya de entrada, presenta dos significados bien distintos: permitir el mal y respetar la diversidad.
La tolerancia es la capacidad de conceder la misma importancia a la forma de ser, de pensar y de vivir de los demás que a nuestra propia manera de ser, de pensar y de vivir.
Si comprendemos que nuestras creencias y costumbres no son ni mejores ni peores que las de otras personas, sino simplemente distintas, estaremos respetando a los demás.
No es preciso compartir una opinión para ser capaz de considerarla tan válida como cualquier otra. Lo que hace falta es tratar de ponerse en el lugar de los demás.
Desde cada perspectiva, las cosas se perciben de una manera distinta. Por eso, analizar en grupo una situación, escuchando la opinión de cada miembro del mismo, nos permite valorarla mejor.
Desde cada perspectiva, las cosas se perciben de una manera distinta. Por eso, analizar en grupo una situación, escuchando la opinión de cada miembro del mismo, nos permite valorarla mejor.
Compartir las diferencias nos enriquece. Algunas veces, a lo largo de la historia se pueden ver ejemplos de personas cuyas formas de actuar nacen precisamente de la falta de respeto hacia los demás. Dejar pasar actitudes desconsideradas e injustas es una manera indirecta de no respetar a quien las sufre. Por eso, ser tolerante es también definirse, dar un paso al frente, hacer una opción por la justicia y la paz.
ACEPTACIÓN
La Aceptación es absolutamente necesaria para nuestra evolución, para llegar a comprender y alcanzar los planos de conciencia necesarios para nuestra transformación. No podemos alcanzar el Amor sin vivir la Aceptación, y ésta se vive en cada uno de los segundos de vuestra vida.
Ahora hablemos de la Aceptación de uno mismo como persona, y de su efecto directo, la autoestima:
Si la autoestimadepende de las expectativas de eficacia y desempeño personal, y la autoeficacia se construye sobre las expectativas de logro y sobre los éxitosobtenidos, ¿cuál es la manera de mejorarnuestra autoestima? ¿a través de la aceptación? ¿o a través de la acción y del cambio? ¿aceptando las cosas tal y como son o actuando para conseguirresultadosdiferentes?
La autoaceptación es necesaria para no estar enemistadopermanentemente con unomismo, pero en lugar de concebirla como un recurso para legitimar el status quo, debemosentenderla como una palanca para emprender la acción, si lo que queremos es cambiarnuestrasituación actual. En aquellasáreas de nuestra vida en las que no obtenemos los resultados que deseamos, o cambiamos de estrategia y empezamos a hacercosasdiferentes, o difícilmenteconseguiremosresultadosdiferentes.
Afrontar el cambiopuede alterar temporalmentenuestroequilibrio y por esosueleprovocarnosangustia y malestar. Pero, quizávale la pena preguntarse: ¿qué nos va a producirmássufrimiento, cambiar, o continuar en un estado de desasosiegopermanente, con la vana esperanza de que algúndíasucedaalgo que nos libere de esa pesada carga?
La resistencia al cambio es un auténticolastre para nuestrodesarrollo y evolución personal, y aquí no hayespacio para que esasituaciónsea interpretada errónemente como Aceptación. No estáescrito en ninguna parte que estemoscondenados a ser toda la vida la misma persona o que tengamos que hacersiempre las mismascosas y sentir siempre de la misma manera.
Tenemosderecho a cambiarnuestra manera de pensar y de actuar hasta que consigamos lo que es verdaderamenteimportante para nosotros. Y recibirnuevainformación nos da perspectiva para movernos de una situación que hastaayer era aceptada como la mejor. Perocuidado, lo que debecambiar en nuestraconcepción de las cosas son los factores, no los Principios pues éstosdeben ser sólidos como la roca.
El cambio no estáexento de riesgo, pero es un estímulo, una oportunidad única que no podemosdesaprovechar. Si nos enfrentamos al cambio cara a cara —a nuestrocambio, no al de los demás—; si revisamosnuestrasmaneras de hacer y las substituimos por cursos de acciónalternativos, más eficaces; tendremosmásposibilidades de conseguir los resultados que deseamos. Y a medida que vayamosconsiguiendoresultados, por pequeños que sean, aumentaránuestrasensación de logro y se alimentará de nuevo el ciclovirtuoso de nuestrapropiaaceptación. Retomando las palabras de Branden: “cuando la autoestima es alta, los dispositivos de accióntienden a moversehaciadelantemás que a retroceder (...)”
COMPRENSIÓN
La comprensión es la actitud tolerante para encontrar como justificados y naturales los actos o sentimientos de otro. Es en este momento nos percatamos que la comprensión va más allá de “entender” los motivos y circunstancias que rodean a un hecho, es decir, no basta con saber qué pasa, es necesario dar algo más de nosotros mismos.
Ver con naturalidad los actos y sentimientos de los demás, es la conciencia de nuestra fragilidad, la convicción de saber que podemos caer en la misma situación, de cometer los mismos errores y de dejarnos llevar por el arrebato de los sentimientos.
El comprender no debe confundirse con un sentirse igual que los demás, esto puede suceder con las personas a quien les tenemos cierta estima, pero, ¿Qué pasaría con quienes no tenemos un lazo afectivo? Es necesario enfatizar que la comprensión, es y debe ser, un producto de la razón, de pensar en los demás, de ponerse en los zapatos del otro, sin hacer diferencias entre las personas. Si alguna vez nos hemos visto incomprendidos, recordaremos el rechazo experimentado y como nos sentimos defraudados por la persona que no supo corresponder a nuestra confianza.
Existen un sinnúmero de oportunidades para vivir el valor de la comprensión. En las situaciones cotidianas tenemos a tendencia a reaccionar con impulsos, por ejemplo: cuando no esta lista la camisa que pensábamos usar; si llegamos a casa y aún no han terminado de preparar la comida; una vez más los hijos han dejado sus juguetes esparcidos por toda la casa; los compañeros de clase que no terminaron a tiempo su parte del trabajo en equipo; el informe para la oficina que tuvo errores y se retrasó; etc.
Si deseamos hacer nuestra comprensión de manera consciente, debemos pensar un momento si hacemos lo necesario para:
- Aprender a escuchar y hacer lo posible para no dejarnos llevar por el primer impulso (enojo, tristeza, desesperación, etc.)
- No hacer juicios prematuros, primero se deben conocer todos los aspectos que afectan a la situación, hay que preguntar. No basta decir que una persona es poco apta para un trabajo.
- Distinguir si es una situación voluntaria, producto de los sentimientos o de un descuido. En cualquier caso siempre habrá una forma de prevenir futuros desaciertos.
- Preguntarnosque haríamos y como reaccionaríamos nosotros al vernos afectados por la misma situación.
- Buscar las posibilidades y opciones de solución. Es la parte más activa de la comprensión, pues no nos limitamos a escuchar y conocer qué sucede.
- Dar nuestro consejo, proponer una estrategia o facilitar los medios necesarios que den una alternativa al alcance de la persona.
La comprensión no es algo para ejercitar en situaciones extremas, se vive día a día en cada momento de nuestra vida, con todas las personas, en los detalles más pequeños y en apariencia insignificantes.
LIBERTAD
LIBERTAD IGUAL RESPONSABILIDAD
La libertad aparece como la cualidad fundamental del ser humano, encargado y responsable de la realización de su propio destino es, entre todos los atributos del hombre, aquel al cual tiene menos derecho a renunciar, puesto que esto significaría descender a la jerarquía del simple ser irracional.
Pero la noción de libertad ofrece ciertos equívocos y falsificaciones: La Libertad no debe confundirse con la arbitrariedad o el capricho, porque tarde o temprano degenera en libertinaje; como tampoco quiere decir que alguien tiene derecho a disponer de si mismo y de los demás a su antojo, ni a gozar de una independencia absoluta, porque en dicho caso se tendría eventualmente derecho al suicidio o a conculcar la vida y los bienes ajenos. Los estragos que mal uso de la libertad ha hecho son demasiado evidentes.
La Libertad y sus Límites
Como es lógico, el reconocimiento de una libertad ilimitada haría imposible la convivencia humana, por lo que son necesarias e inevitables las restricciones a la libertad individual. La libertad se define como el derecho de la persona a actuar sin restricciones siempre que sus actos no interfieran con los derechos equivalentes de otras personas.
La libertad y educación
Es importante mencionar también a la educación. La educación es un factor también muy importante para conocer la libertad. Y es que solo a través del aprendizaje propio del individuo es como este llegara a su independencia ideológica, económica; bajo ciertas circunstancias; y podrá evitar a los "enemigos de la libertad", que no son otra cosa que aquellos factores que no hacen posible la libertad.
Una educación libre es aquella en la cual se permite la libre expresión de ideas, aunque sean incorrectas para el contexto sobre el que esta trabajando. En vez de regañar se orienta a los educandos para que ellos mismos decidan su libertad.
En el proceso de educar toman parte los profesores, los alumnos, la familia, la institución educativa, la sociedad, etc. Cada una de estas esferas debe posibilitar un clima de respeto y tolerancia, de autonomía e independencia para la educación en libertad.
El educador debe tener respeto a su ideología, a su persona, a su concepción política, a sus iniciativas y al ejercicio profesional.
El educando debe cumplir dos condiciones: respeto al docente y autonomía propia. Debe ser tolerante con las opiniones del profesor, siempre que éste no quebrante conscientemente los derechos del alumno.
La institución escolar debe estar libre de opresiones y manipulaciones, tanto de la política educativa de la nación, como de presiones sociales, de intolerancia del equipo docente, de intransigencias del alumnado o de los padres de familia.
La sociedad en la que está inserta la institución escolar favorece o dificulta también la educación en libertad, ya que no es lo mismo un centro educativo en sociedades totalitarias que en sociedades democráticas. La sociedad proyecta en la escuela su cosmovisión y según sea más o menos respetuosa con la dignidad de la persona humana, resultará fácil o incómodo educar en libertad.
La educación es correcta, si es una educación de la libertad de o de la libertad para. Con la expresión "libertad de" se habla de la liberación de prejuicios, estereotipos, esquemas mentales de los adultos, que es preciso operar, como terapia, en la mente del educando y del educador. Un docente no liberado es incapaz de educar en libertad a sus alumnos. Sólo el profesor "libre de" puede producir un tipo de educación semejante a la que él ha recibido o se ha auto impuesto.
Al estar "libres de" el educando y el educador están preparados para auto realizarse como libres para juzgar a los demás entregarse sin prejuicios, dominar la naturaleza, ejercer el mando y otras funciones necesarias en la vida personal y social de los individuos.
El compromiso del maestro es doble: asistir y ayudar al alumno a que corra su riesgo y arriesgarse él mismo ante sí y ante el alumno. Este compromiso ha de ser liberador y no manipulador; el docente ha de buscar la independencia de juicio y acción, porque cuanto menos necesite el alumno su apoyo, a medida que progresa cronológica y escolarmente, tanto mayor ha sido el provecho obtenido en el proceso educativo.